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Más demoras en la puesta en explotación del yacimiento Leviathan

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La Suprema Corte de Israel acaba de anular el acuerdo alcanzado entre el gobierno y las titulares del yacimiento, porque el contrato en cuestión contiene una cláusula de estabilización

 

Más demoras en la puesta en explotación del yacimiento Leviathan

EMILIO-CARDENAS-GRANDE

Por Emilio J. Cárdenas (*)

Israel es ya toda una potencia petrolera. Gasífera, más bien. Aunque, como veremos todavía en potencia, sin embargo. Por sus descubrimientos de gas natural off shore en el Mar Mediterráneo.

El gas natural del yacimiento denominado “Tamar” ya fluye en dirección a Israel y hoy se consume esencialmente en la generación de aproximadamente la mitad de la energía eléctrica que Israel necesita.

En cambio, el gas del segundo descubrimiento en aguas israelíes, el mayor de los realizados hasta ahora, el del yacimiento denominado “Leviathan” que tiene la capacidad de transformar a Israel en un país exportador de gas natural, enfrenta reiteradas demoras judiciales y legales. Con, naturalmente, el enorme perjuicio económico que ello supone desde que hablamos de un yacimiento que contiene por lo menos el doble del gas natural del de “Tamar”.

Ocurre que la Suprema Corte de Israel acaba de anular el acuerdo alcanzado entre el gobierno de Israel y las titulares del yacimiento, porque el contrato en cuestión contiene una “cláusula de estabilización” en función de la cual las condiciones acordadas para el comienzo de su explotación -y su ecuación económico-financiera- no se hubieran prohibido modificar en toda una década.

Hablamos ciertamente de una cláusula que suele ser parte de numerosos convenios de explotación de hidrocarburos, a lo largo y ancho del mundo. Pero ese tipo de acuerdo no es legal, ni aceptable, para el más alto tribunal de Israel, razón por la cual lo declaró ilegal.

Para el máximo tribunal, el gobierno israelí -en expresión del Ministro de la Corte, Elyakim Rubinstein- no puede efectivamente “atarse las manos” por tan largo rato. Tiene, sostiene, que tener libertad para eventualmente volver a negociar su participación en el negocio, tema que ha sido objeto de controversias intensas. A lo que el tribunal sumó además nuevas objeciones referidas al presunto poder monopólico que tendrían los dueños del yacimiento, que ahora también deberán resolverse. Se estima que todo esto requerirá aproximadamente un año para poder resolverse adecuadamente.

Para Benjamin Netanyahu, lo sucedido es una dura derrota. Política, esencialmente. Había trabajado muy intensamente para poner en marcha a “Leviathan”. Para Israel, se trata de una postergación realmente carísima. El yacimiento se descubrió hace ya seis años y continúa sustancialmente inexplotado. Por eso el primer ministro israelí, frustrado, se quejó de lo que denominó como un clima “excesiva interferencia judicial en el que, para las empresas, es difícil operar”

El acuerdo suscripto el pasado mes de diciembre entre la empresa norteamericana de Houston, Texas, “Noble Energy” y su socio israelí “Delek” con el gobierno de Israel, deberá ser renegociado, una vez más. En consecuencia, la inversión comprometida para su desarrollo deberá esperar. Hablamos de unos mil quinientos millones de dólares que no se invertirán en el corto plazo y de su natural efecto multiplicador.

Y no es ciertamente imposible que recientes descubrimientos de gas realizados en otras partes del Mar Mediterráneo Este compitan en más contra el gas de “Leviathan” y hasta lo desplacen de la ambición de abastecer algún mercado externo que ya estaba negociándose. Una pena. Por el alto costo que hemos señalado.

Habrá que volver a sentarse en la mesa de negociaciones y postergar el inicio de la operación de extracción y transporte del gas natural de “Leviathan” hacia los mercados externos (fundamentalmente los de Jordania y Egipto) a los que podría llegar rápidamente para abastecerlos.

A todo lo que se agrega el debilitamiento y postergación del posible aprovechamiento de las claras ventajas geopolíticas de Israel, como nación exportadora de gas natural, en su propia región inmediata de influencia.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.


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